Copio y pego:
LA REVOLUCIÓN DE ISLANDIA
Ignacio Escolar

La solución islandesa a esa condena pronto se apartó de la ortodoxia. La Fiscalía abrió una investigación penal contra los banqueros responsables del colapso; algunos han huido del país y están en busca y captura por la Interpol. En 2009, el gobierno tuvo que dimitir en bloque, acorralado por las protestas ciudadanas; fue el primero y casi el único en caer por la crisis (si excluimos a Túnez y Egipto). Después los islandeses forzaron un referéndum para bloquear el pago de la deuda de la banca y lo lograron: ganó el no con más del 90% de los votos. Y hace un par de meses, Islandia arrancó una ambiciosa reforma constitucional que, por primera vez en la historia del mundo, será fruto de un proceso de democracia directa, al margen de los partidos. La Asamblea Constituyente está formada por 31 ciudadanos corrientes, elegidos en las urnas entre 523 candidaturas que sólo necesitaban 30 firmas para poder presentarse.
Hoy Islandia está creciendo. El año que viene, su presupuesto público estará en superávit; su situación económica es bastante mejor que la de otros países igualmente desarbolados, como Grecia o Irlanda. ¿El secreto? Algo revolucionario, aunque se suponía que era una de las reglas ensenciales del capitalismo: Islandia se negó a socializar las pérdidas y dejó que la banca irresponsable simplemente quebrase.
Leer esto me da esperanza y desasosiego al mismo tiempo. Esperanza, porque veo como la lucha ciudadana tiene recompensa. Desasosiego, porque para obtener una recompensa se necesita una lucha constante y unida, todos nosotros contra un solo objetivo; y eso, mal que pese, en este país de pandereta, apenas existe. Pese a todo, me quedaré con la parte buena del discurso. Mirad, fijo que a ellos también les quisieron engañar con la importancia de la austeridad, la austeridad del pueblo para ser más exactos, para salir de la crisis; pero no sé dejaron burlar y ahora, ahora que son más voz que voto, son libres y no hay crisis revoloteando sobre sus cabezas y sus bolsillos. ¿Por qué nosotros no? ¿Por qué no nos alzamos? ¿Acaso este no es un ejemplo lo suficientemente fuerte (ya sin contar con Túnez ó Egipto)? Creo que ya va siendo hora de tomar ejemplo(s), aunque quizás crea demasiado. No me importa. Si quiero creer que la solución no es sentarse a decir “qué corruptos son los políticos, qué desvergonzados los banqueros, qué mal trabajo hacer los sindicatos” y/o escribir un post sobre ello (y me meto en el saco) es mi problema. Creo que ya va siendo hora de poner las cartas sobre la mesa ¡Despierta, España, despierta!
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